Versatilidad:
Debido a que el espacio de almacenamiento en las cocinas suele ser limitado, y las unidades de trabajo deben maximizar su productividad. Es importante que un solo producto pueda usarse para más de una receta, plato o proceso, de esta forma se asegura que el costo de inventario o almacenamiento se aproveche de la mejor forma posible. Un ejemplo de esto puede ser la Base de tomate Knorr®, pues un solo producto puede usarse para diferentes recetas como: Crema de tomate, Salsa Napolitana, Salsa Bolognesa, Hogao, etc.
Ahorro:
Cuando hablamos de ahorro en insumos o ingredientes inmediatamente pensamos en un menor costo por gramo, o por unidad de compra. Sin embargo, es importante entender que el ahorro va en diferentes vías, muchas veces un producto representa ahorro en tiempos y procesos. Estos ahorros son incluso más importantes y valiosos dentro de la operación normal de una cocina. Por esto mismo, es que se debe comparar el costo x gr preparado, y este costeo debe incluir costos ocultos, como pueden ser horas de trabajo, consumo de gas, agua, electricidad, etc. Un ejemplo de esto puede ser el puré de papa Knorr®: ya que es un producto de formula completa que no requiere procesos de lavado y desinfección, pelado, cocción, procesado del puré, ni adición de lácteos, mantequilla, etc. Por lo que cuando se compara vs una receta tradicional el resultado es un ahorro en costos, tiempos y procesos.
Practicidad:
La practicidad de un producto en cocina pasa por la posibilidad de ser usado de forma fácil y sin necesidad de requerir un entrenamiento o capacitación especializada. Adicional a esto es un proceso que toma poco tiempo y esfuerzo. Un ejemplo de esto puede ser la salsa demiglace Knorr®, pues su preparación toma solo 7 minutos y se realiza por cualquier operario de una cocina.
